El transporte intermodal ha ganado una relevancia crucial en el contexto contemporáneo de México, convirtiéndose en un pilar estratégico para la eficiencia de las cadenas de suministro y el comercio global. Esta modalidad, que combina diferentes modos de transporte -usando el contenedor como la base de la versatilidad del transporte-, ha evolucionado para ofrecer soluciones más rápidas, económicas y sostenibles en un país clave para el comercio internacional. En un entorno donde la demanda de bienes y servicios se encuentra en constante crecimiento, y las dinámicas globales, como el nearshoring y la sostenibilidad, juegan un papel esencial, el transporte intermodal ha emergido como una respuesta efectiva a múltiples desafíos logísticos.
México: Un hub logístico de alta relevancia
La ubicación geográfica de México, en el cruce de América del Norte, América Central y el Pacífico, lo convierte en un actor fundamental en las redes de transporte globales. Este posicionamiento estratégico hace que el transporte intermodal sea esencial para la competitividad de México, ya que permite aprovechar las ventajas de cada modalidad de transporte. El camión, por ejemplo, ofrece flexibilidad y acceso a áreas de difícil acceso, mientras que el ferrocarril es ideal para trayectos largos y cargas voluminosas, con menores costos y menor impacto ambiental. Por su parte, el transporte marítimo conecta eficientemente con mercados internacionales, y el aéreo es fundamental para productos de alto valor y urgentes. La integración de estos modos de transporte permite que las mercancías se desplacen de manera más eficiente, reduciendo tiempos y costos en toda la cadena logística.
En los últimos años, el fenómeno del nearshoring ha impulsado la demanda de soluciones logísticas más ágiles y eficientes. El traslado de las cadenas de suministro a países más cercanos a los Estados Unidos, principalmente por la necesidad de reducir costos y tiempos de entrega, ha colocado a México en una posición privilegiada. Las empresas que buscan reubicar sus operaciones de manufactura y distribución más cerca de su principal mercado han recurrido al país para establecer fábricas y centros de distribución, lo que ha incrementado la presión sobre la infraestructura de transporte.
Para hacer frente a este aumento de la demanda, el transporte intermodal se ha convertido en una solución clave. La combinación de diferentes modos de transporte permite que las mercancías se desplacen con rapidez entre fábricas, centros de distribución y puertos, sin depender únicamente de un solo tipo de transporte. Por ejemplo, el ferrocarril, que conecta eficientemente las zonas industriales del norte de México con los puertos en la costa del Pacífico y el golfo de México, se ha convertido en un actor fundamental en este contexto. La ventaja competitiva que ofrece el transporte intermodal en términos de costos, fiabilidad y tiempos de tránsito es crucial para mantener el flujo de bienes hacia el mercado estadounidense.
Retos y oportunidades para el transporte intermodal en México
Si bien México se encuentra en una excelente posición para beneficiarse del transporte intermodal, también enfrenta varios retos que deben ser superados para maximizar su potencial. Entre los principales desafíos se encuentran:
A pesar de estos retos, las oportunidades son vastas. El sector logístico mexicano está invirtiendo fuertemente en infraestructura, como nuevas terminales intermodales, mejoras en la red ferroviaria y la expansión de los puertos. La iniciativa de construir más corredores logísticos y mejorar las interconexiones entre el transporte terrestre y ferroviario ayudará a mitigar las limitaciones actuales y potenciará el crecimiento del transporte intermodal.
Fuente: https://t21.com.mx/el-papel-contemporaneo-del-transporte-intermodal-en-mexico-un-pilar-estrategico-para-la-logistica-y-el-comercio-global/